3 de julio de 1971: París, una bañera, una novia que no podía ni con su alma. Unas cuantas drogas, muchas. Diagnóstico: ataque al corazón, según los médicos. Pasón, según algunos. Huida del aparador y nueva vida en lugar desconocido según los esperanzados que aguardan a que algún día el Rey Lagarto vuelva. Lo que él no sabía es que ese no era The End. Acá sigue, eterno.
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