Un día como hoy, en 1907, nació una flor llena de pétalos y espinas. Su vida estuvo plagada de infortunios, desgracias personales y de mucho dolor. Pero también fue una vida rodeada de brillantes colores, de amores y desamores, de alegres perros xoloescuintles y monos corriendo en el jardín, de arte, de cariños inmensos, de pinceles, caballetes y libros. Se enamoró perdidamente de un simpático y talentoso panzón, con el que compartió penas y alegrías y una espléndida casa llena de arte popular. De judas y mariposas, de muñecas de cartón, de figuras de barro del pasado, de piedra y cantos. De artistas e intelectuales, de tequila y abrazos. De corazones rotos y úteros vacíos, de melancolía y fracasos. De belleza y mexicanidad. Un día como hoy en 1907, Frida Kahlo le nació al mundo. Una flor tormenta, un corazón roto, que sangra, que llora, que ama y que sigue aquí, inolvidable, como una hermosa paloma que vuela eternamente del brazo de su elefante.
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