“El barco se acaba de hundir. Este es mi último día en esta tierra”. Dos horas más tarde el poeta francés, Jean Cocteau, cumplió su palabra. Era el 11 de octubre de 1963 y a sus oídos llegaba la terrible noticia de la muerte de su amiga Edith Piaf, quien había fallecido a los 47 años, con la que había construido una entrañable amistad y a quien profesaba una enorme admiración: "Piaf puede hacer llorar hasta cantando el listín telefónico".
Hoy se cumplen 50 años desde aquel aciago día, en el que la voz de Edith Piaf se apagó y en el que la pluma del poeta dejó de escribir. Desde entonces no hay día en el que el viento de París no recuerde su voz, ni noche en la que no brille su luz como la de aquella farola que la vio nacer en plena calle en 1915.
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