A Chabuca Granda la vieron nacer los Andes, a 4800 metros sobre el nivel del mar, en las Cotabambas Aurarias del Perú, el 3 de septiembre de 1920. Así nació Chabuca, entre vetas de oro, amor y sacrificio. Así lo contaba ella. Hermana soberbia y orgullosa de los cóndores, nació tan alto que solía lavarse la cara con las estrellas.
Ahora ella es una de ellas, nos ilumina desde allá arriba con las hermosas composiciones que nos dejó, brillantes como las vetas de oro que la vieron nacer.
La recordamos hoy con inmenso cariño y de paso a Violeta Parra, musa inspiradora de esta canción: Cardo o ceniza. ¡Grande Chabuca!
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