jueves, 23 de enero de 2014

La muerte de Dalí, 23 de enero de 1989




Ella había muerto 7 años atrás y él dejó de amar la vida. La vida sin ella no tenía ningún sentido. Era su musa, su compañera, su dueña, su fiera, su domadora, su fuente de inspiración. Intentó secarse, dejó de beber y se deshidrató seriamente, quería estar en un estado de animación suspendida, quería ser bacteria. Dicen que, invadido por la depresión, provocó un incendió en su propia habitación. La soledad lo consumió poco a poco, bigote a bigote. 
El 23 de enero de 1989, puso a Wagner -sonaba Tristán e Isolda- su disco favorito. Una hermosa música de fondo para, finalmente, irse con Gala para siempre. Su corazón y sus pulmones estuvieron de acuerdo y se detuvieron para no volver a funcionar nunca más. Fue así como el genio Salvador Dalí se apagó, un día como hoy, a los 84 años.

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