lunes, 10 de junio de 2013

Antoni Gaudí

Retrato del joven Antoni Gaudí, a la edad de 26 años.
Fotografía de 1878 realizada por Pablo Audouard Deglaire



El 7 de junio de 1926 un pobre anciano con las ropas ajadas y los zapatos muy gastados caminaba, sumido en sus pensamientos, por la Gran Vía de Barcelona cuando un tranvía lo atropelló. El pobre vagabundo yació un buen rato en el suelo. Nadie se quería comprometer. La policía acudió y lo subió a un taxi que lo transportó al Hospital de la Santa Creu. Ninguna persona supo quien era hasta la mañana siguiente, en la que un capellán lo reconoció, pero ya nada se podía hacer por él. El anciano vagabundo murió el día 10 de junio. El pueblo entero lloró la pérdida del gran genio de la arquitectura, del humilde y devoto ser humano. Sus restos recorrieron gran parte de la ciudad en una elegante carroza fúnebre, seguida por una llorosa multitud que lo acompañó hasta llegar a su destino final: la capilla de Nuestra Señora del Carmen en la cripta de la Sagrada Familia. Su última e inconclusa gran obra.

Detalle de la fachada de la Casa Batlló. Antoni Gaudí, Barcelona

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