sábado, 8 de diciembre de 2012

Diego Rivera. 8 de diciembre de 1886

Diego Rivera por Lola Álvarez Bravo, 1945

Una joven Elena Poniatowska en los años 50 pregunta:
- ¿Cuál es para usted el colmo de la infelicidad?
–El colmo de la infelicidad oscila entre el estreñimiento y asistir sin ganas a una reunión mundana -contesta un Diego Rivera que lento e indulgente accedió a contestar cuanta pregunta le hiciera, los ojos acuosos, sentado sobre una silla demasiado pequeña, elefante equilibrista y barrigón, barrigón (en el fondo todas las palabras en “on” se hicieron para Diego Rivera: Grandulón, concepción, cabezón, revolución, tragón –él mismo comentó que se echaba de un solo empujón un litro de tequila–, contemplación, ojón, –aluvión de mentiras que al final de cuentas resultaron verdades– y corazón; sí, porque a Diego se le salió del pecho. Saltó porque “el sapo es todo corazón” y se refugió en un medallón antiguo que a Frida le colgaba del pecho)
Recordando un año más a nuestro querido Diego. 
(8 de diciembre de 1886-24 de noviembre de 1957)

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