domingo, 7 de octubre de 2012

Irving Penn. 7 de octubre de 2009

El fotógrafo Irving Penn murió un día como hoy en 2009 a los 92 años. Penn revolucionó el mundo de la moda uniendo arte y publicidad, vanguardia y sentido comercial y le abrió camino a otro grande de la fotografía y que ya conocemos: Richard Avedon. Trabajó para la revista Vogue desde 1943 hasta su muerte y colaboró con numerosas revistas además de tener su propio estudio. Sus imágenes son impactantes por su sencillez y porque trató a todos sus retratados como modelos de pasarela. Recorrió Latinoamérica y África con su estudio portátil, sus focos y sus fondos blancos e hizo fotos de su gente. Fue criticado por ello pues decían que esas imágenes no tenían contexto y carecían de conciencia social. Sin embargo ese era su secreto: sacar de contexto a la persona para que su cuerpo fuera su única expresión. En ese sentido, una modelo de Manhattan y un niño de la calle de Cuzco reciben en su obra el mismo tratamiento. Según dijo en una entrevista al diario The New York Times en 1991: "La gente a la que fotografié no era primitiva. La gente primitiva vive en Nueva York".
También es reconocido por su célebre frase: "Fotografiar un pastel también puede ser arte". Fue aquélla la principal característica de su estilo: la sencillez del "menos es más". Fotografió colillas, botes de cosméticos, botellas. Todo podía ser arte.
Niños en Cuzco, Perú, 1948


Maurice Tillet "El Ángel francés" y la modelo Dorian Leigh, 1946
Three Asaro Mud Men, Nueva Guinea, 1970




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